Es una verdadera anomalía, encontrar una historia Disney ambientada en el tiempo en que fue creada.
Siempre buscando los detalles al recrear mundos fantásticos y períodos históricos, se puede imaginar que ese grado de cuidado se trasladaría de lo que los animadores veían cada día fuera del estudio.
Pero además, había otro detalle: esta es la historia de unos años 70 que sucedían a ras del suelo, fuera de la vista, a los ojos de un ratón.
'Los Rescatadores' filtra la época a través de su aventura, y la convierte en algo nunca visto.
La búsqueda de una huérfana por Bianca y Bernardo, dos ratones de la Sociedad de Rescate, se convertirá en una odisea por un Nueva York y Louisiana plagados de detalles, que desde nuestras alturas podrían ser insignificantes, pero que no dejan de ser increíbles.
Sucede ya en el inicio, donde la melancólica canción de una botella en estampas pictóricas predispone para que prestemos atención a los objetos inanimados y a los habitantes de bolsos, maletines... que tienen su sede en una maleta de las Naciones Unidas, sin dejar de representar orgullosamente a su país, claro está. El subsuelo se llena de importancia y sentido.
Aunque todo esto no sería nada sin una carismática pareja protagonista: Bianca siendo la clase de mujer elegante y refinada que derrocha simpatía, y Bernardo el apocado portero de la Sociedad cuyas máximas aspiraciones eran saludar de buen ánimo a todos los que pasan por su puerta. Se convierten en Rescatadores, quizá más por su sentido del deber que en su curiosidad mutua, aunque algo de eso hay.
El vuelo de ambos a bordo de una gaviota cruzando ciudades y paisajes tiene el sentido de la maravilla resultante de mirar desde un punto de vista pequeño: los atardeceres, las ciudades con su bullicio, las localidades costeras que dejan una red de luz pendiente en la bahía nunca fueron tan hermosas. Mientras el sol brilla en el horizonte prometiendo otro amanecer mañana, una pasión callada se forja en gestos como una mano allá o una excusa para acercarse demasiado acá.
Y si las ciudades que dejan atrás se vuelven bonitos paisajes a sus ojos, el pantano al que viajan se convierte en un lugar misterioso donde la neblina oculta peligros pese a la luz de la luna reflejada.
Allí deberán rescatar a Penny, la huérfana amiga de los animales, del derruido bote louisiano donde Madame Medusa la tiene encerrada, siendo esta una villana que camina la línea de la parodia y de la perversidad sin en ningún momento rebasar ninguna, y quizá siendo más terrorífica por ello: nunca se podría decir si el modo en que conduce (por tierra o mar) es cómico o extremadamente peligroso.
Sin olvidar a los cocodrilos con nombre de ilustres romanos, Nerón y Brutus, y Mr. Snoops, puede que el personaje más humano por pertenecer a un matiz distinto entre el blanco y negro moral de los demás.
Si bien 'Los Rescatadores' nunca remonta su condición de "simple" aventura, valdría la pena reivindicarla por sus detalles: esos magníficos, bonitos detalles, que solo la animación logra captar en su grandeza.
Porque donde habría "solo" una calavera, se consigue dibujar una trampa con el escalofriante resplandor de un rubí entre sus dientes. Y ahí está, la diferencia entre mostrar, o narrar.
No cuesta ver a esos animadores como Penny, relatando con todo lujo de detalles un mundo que escapaba a la vista de todos, sin dejar que miradas de incredulidad les coartasen.
Y ver lo extraordinario en lo ordinario, incluso en lo pequeño, es la particular recompensa de esta aventura.
Charles
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